La presente
publicación da cuenta que en ese período (2001-2011) el IML desarrolló su
trabajo ajeno a un plan, sin una estrategia definida de investigación y
respondiendo a los requerimientos de las investigaciones fiscales o procesos
judiciales que involucran a personas en sitios de entierro. Y, aunque se
reconocen sus esfuerzos para mejorar su infraestructura, capacitación y
funcionamiento, esta institución se encuentra rebasada por el número de casos
que debe atender. Es decir, tampoco se da abasto para atender los
requerimientos mencionados.
Según el IML, entre
los años 2002 y 2011 se habrían exhumado 2064 cuerpos, de los cuales 1,196 se
recuperaron en Ayacucho y el resto a nivel nacional. 1,120 de estos cuerpos se
encontraría sin identificar, 560 de los cuales pertenecen a Ayacucho.
Posteriormente a la
entrega del Informe Final de la CVR se desarrollaron diversos esfuerzos en el
tema, más allá del trabajo del IML, que es conveniente mencionar: (1) la
iniciativa de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos
para completar la nómina de personas desaparecidas elevando el número de éstas
de 8558 a 12,027 personas. El Instituto de Medicina Legal afirma tener un
consolidado de 15,731 personas pero
aún no se conoce
esta nómina, (2) el trabajo de COMISEDH para completar el registro de sitios de
entierro en Ayacucho el cual pasó de 2234 a 4,052 sitios, elevando el total
nacional a 6,462 sitios de entierro, (3) el
trabajo del EPAF
que habría recabado alrededor de 7,000 fichas ante mortem de personas
desaparecidas a nivel nacional2 (4) la
iniciativa de la Mesa de Trabajo en Atención Psicosocial que ha impulsado la
aprobación por el Ministerio
de Salud del documento técnico «Lineamientos para el acompañamiento psicosocial
a familiares de personas desaparecidas» (5) el desarrollo por parte de COMISEDH
de 50 investigaciones preliminares antropológico-forenses en Ayacucho, entre
ellas 4 investigaciones de casos de patrones de violación de derechos humanos,(6)
Los significativos esfuerzos del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR)
por brindar un soporte técnico al esfuerzo de búsqueda y recuperación de los
desaparecidos y en propiciar la constitución de un espacio de coordinación
entre todas las instituciones concernidas, tanto de la sociedad civil como del
Estado.
La propuesta de
Plan en su conjunto está, por supuesto, abierta al debate para su eventual
perfeccionamiento por todos los actores concernidos en la resolución del
problema de las personas desaparecidas en Ayacucho. La solución de este
problema en Ayacucho significa la solución del 60% del problema de los
desaparecidos a nivel nacional. Todos los elementos necesarios para definir y
llevar adelante el Plan están o resueltos, o avanzados, o desarrollados en
propuestas seriamente fundamentadas. Se requiere voluntad
política. Y es esa voluntad la que debemos construir con persuasión y
perseverancia.
Todo indica que se
avizora una luz al final del túnel. Cuando esa luz nos permita encontrar a las
personas desaparecidas en Ayacucho y esclarecer las circunstancias de su
desaparición, la verdad abrirá el camino a la justicia. Ese será un homenaje a
Ayacucho, a sus hombres y mujeres, sobrevivientes de las peores adversidades y
a los que en sitios de entierro y en parajes desconocidos, fueron recuperados y
devueltos al seno de sus familias y comunidades.