Los resultados del trabajo que se realizo durante un año aqui en Piura, no ha sido simplemente recopilar y poner en máquina lo que no encontrábamos. Ha sido una ardua y paciente labor de encontrar nuestro pasado, de escuchar a las víctimas, de conocer la verdad.

Muchas veces se pretende ocultar la verdad, pero ésta se abre camino por si misma e inspira nuevos compromisos a favor de la justicia y la paz. La recuperación de la memoria de los tiempos violentos que sufrimos en Perú, y en este caso Piura, hace posible la palabra de las víctimas, tantas veces ahogadas por el miedo. Ese “clamor del pueblo” nacido desde las numerosas víctimas llega a Dios y recorre el mundo mostrando la crueldad del conflicto armado interno padecido en esta tierra y ha inspirado iniciativas valiosas en nuestro país y en países hermanos.

La exigencia es que en el Perú “nunca más se atente contra la vida de los inocentes, ni de ningún ser humano”. Que no se repita lo que en nueve volúmenes se denuncia. Se busca la paz y reconciliación, con la verdad por delante.