La misión de las hermanas Franciscanas Misioneras de Maria en Huancapi se inicio en los años más duros del terrorismo de nuestro Perú. La cuna como sabemos fue la Universidad y el departamento de Ayacucho.
Como bien expresa la autora de la Crónica, ella acepto apoyar aquella Misión como medico a pedido de las hermanas. En particular de la hermana Ana Victoria Pella, a quien menciona con frecuencia a lo largo de la misma. Esta Hermana Misionera en Huancapi, en aquel entonces y a pesar de sus años, trabajaba con mucho amor en beneficio de los pobres y enfermos, labor que compartía con otras hermanas que también se mencionan.
A la Doctora Raquel se le pidieron sus servicios profesionales de pediatría, pero como se verá a lo largo de la lectura, ella dio mucho más.
A través de su escritura, muy amena, se traslucen sentimientos de emoción, temor y también de admiración ante las circunstancias nuevas e imprevistas que se han sucedido. Resultaba muy distinta la noticia que tenía las necesidades del lugar que motivaron su viaje, a la tremenda realidad que iba constatando.
Por su relato describiendo situaciones, lugares y hechos se constata el abandono y miseria que vive aquella población. Cada familia, cada caso, en particular de niños y ancianos es algo para hacer notar.