El presente libro no solo tiene el poder de una denuncia estremecedora: la desaparición del estudiante Ernesto Castillo Páez, ocurrida un 21 de octubre de 1990, en el pueblo joven de Villa el Salvador, en manos de la policía, sino también, la forma como el sistema se mueve y oculta para encubrir sus crímenes y culpas. Por eso, Cromwell Castillo, padre del estudiante, dice: “…queremos dejar testimonio, de cuan difícil pero no imposible es enfrentarse a toda una enmarañada red que se mueve en las esferas del poder para impedir que se descubran los crímenes que dirigen el Estado y permanezcan impunes, y aparecer como salvadores de la patria.
El libro aparte de tener la valentía de denunciar el hecho mismo de la desaparición, tiene la solvencia moral de haberse enfrentado, durante largos años, a todo el engranaje del sistema en diversos gobiernos. Y ese enfrentamiento se realizo desde el primer día en que se conoce la desaparición de Ernesto hasta los últimos instantes en que se desarrolla el juicio penal.