El trabajo de Toche, que consta de un ensayo que busca reconstruir los escenarios distintos en los que se evidenció el conflicto ente Estado y las Organizaciones No Gubernamentales de Desarrollo –ONGD-, se combina con una cronología de los principales momentos de la relación, una selección de puntos de vista de los actores relevantes, diversos documentos que muestran la “temperatura” y las características del debate, así como una recopilación de la frondosa legislación producida por el Estado sobre la materia. En otras palabras, el  nos ordena y nos presenta los insumos básicos para un debate serio, aún pendiente en el país. Debate que debiera exigir de sus protagonistas, se piensa en los representantes del Estado, información básica y conocimiento, que por lo general, no demuestran.

Como es obvio, para ese debate, desde el mundo de las ONGD, es indispensable reconocer que la identidad “no gubernamental” carece ya de sentido que la incorporación del desarrollo que expresa la D que reivindica un sector, es importante pero insuficiente; que la precisión de ser “instituciones privadas con fines públicos” es útil pero no basta. De los que se trata es de la redefinición del  rol de estas instituciones, de su y de sus relaciones con la sociedad civil, que es su espacio de legitimación. La rendición da cuentas, a la que están éticamente obligadas, es a esa esfera y no otra.