La obra llega a las siguientes conclusiones:
1.La lucha armada desencadenada por SL a partir de 1980, si bien muestra la altísima voluntad política de su dirección, el potencial de reclutamiento de cuadros por tales acciones y los amplios flancos que ofrece el ofrece el Estado Burgués, revela, tras más de cuatro años y especialmente a partir de 1983, la inviabilidad en el Perú de una estrategia victoriosa de “guerra popular” semejante a la desarrollada en China.
2.Existen, sin embargo, altas posibilidades de que, una vez más, SL convierta una derrota a nivel de masas en fortalecimiento orgánico. Es enorme el grado de cohesión y endurecimiento ideológico (aunque lo duro puede resultar a veces mas fácil de quebrar) mostrado en diferentes reportajes por los presos senderistas recluidos en diferentes establecimientos penales.
3.Es posible, además, que el mensajes autoritario de SL y su gran voluntad política le permitan reproducir una cierta base social a nivel nacional, entre la franja relativamente estrecha pero explosiva constituida por sectores juveniles empobrecidos, especialmente de origen andino, que no encuentran lugar en el país en medio de la crisis y sus efectos corrosivos.
4.Pero existen límites a nuestro parecer infranqueables para la expansión significativa de SL más allá de esa franja, al menos en las actuales condiciones del país. Por un lado la tradicional estrechez de sus alianzas se ve agudizada por un balance, desde nuestro punto de vista erróneo del fracaso de la Revolución Cultural China dirigida por el “grupo Shangai”